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El hombre más gordo de Gran Bretaña ha exigido inyecciones para adelgazar con poco presupuesto

Jason llevaba años consumiendo 10.000 kilocalorías al día. Desayunaba varios paquetes de patatas fritas y luego comía curry y kebabs mientras bebía al menos cinco litros de zumo o refresco. Con el tiempo, llegó a pesar más de 300 kilos y perdió la capacidad de moverse por sí mismo: en 2020, necesitó una operación y tuvo que ser sacado por la ventana de su habitación por una grúa del camión de bomberos para ser trasladado al hospital.

En enero de 2022, cuando los médicos sospecharon que Jason podía tener una trombosis, lo enviaron al zoo para hacerle radiografías con máquinas que normalmente se utilizan para diagnosticar animales grandes.

Jason vive ahora en un pequeño bungalow, con su madre cuidándole en todo momento. Ella dejó su trabajo hace cinco años para cuidar de su hijo. Él nunca ha trabajado y vive de dos prestaciones, que suman más de 300 libras a la semana (35.800 rublos).

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